sábado, 18 de abril de 2015

Nosotros no somos del lado izquierdo del sistema, somos los de abajo

Por Javier Caso Iglesias | Analista Político

El término izquierda política, como el de derecha política, tiene su origen histórico en la Asamblea Nacional Francesa. Los diputados que representaban a la alta burguesía (haute bourgeoisie) se colocaban, para deliberar, a la derecha del presidente de la Asamblea y los diputados que representaban a la pequeña burguesía (petite bourgeoisie) se situaron a la izquierda del presidente, y de allí proviene la posterior división entre grupos o partidos de derecha y de izquierda.

Fueron grupos que se gestaron en la época de la Revolución Francesa y que en ambos casos pertencían a la burguesía.

A lo largo del siglo XIX, a medida que asegura su predominio social y accede al poder político, la burguesía pasa de ser una clase revolucionaria, enfrentada a los estamentos privilegiados de la aristocracia, a ser una clase conservadora, enfrentada a su nuevo enemigo de clase: el proletariado. La estrategia lampedusiana (hay que cambiarlo todo para que todo siga igual) evidenció la proximidad de intereses entre la burguesía y la aristocracia, así como la antagónica posición de estas frente a las clases trabajadoras.

Por tanto, por origen histórico, nosotros no somos ni del lado derecho ni del lado izquierdo de este sistema político burgués; nosotros, las clases trabajadoras, somos los de abajo y vamos a por los de arriba. Hemos de dar las gracias al movimiento del 15M por haber aclarado esta confusión terminológica intencionada que trabajaba en contra de nuestra emancipación.

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