Por Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social
El Analista electoral y ex director general de Gallup España, Jaime Miquel, ha elaborado un artículo de opinión muy clarificador, publicado en La Voz de Galicia y titulado "El portazo y el Partido del Futuro", que nos señala por dónde caminan algunas tendencias políticas (http://goo.gl/V9Mmd) en ese proceso de construcción de una alternativa al sistema en el que estamos todos inmersos.
Por mi parte difiero de la estrategia que nos propone Jaime Miquel, pero es positivo conocerla pues está avalada por datos objetivos y muestra una realidad que se está articulando a nivel estatal con el propósito de constituirse a modo electoral y que, además, puede contar con aliados poderosos como en el día de hoy nos mostraba la prensa: El 15-M estudia presentarse a las elecciones (http://goo.gl/cLhZf).
Mi criterio es que si no somos nosotros, las personas y organizaciones agrupadas en el denominado Tercer Espacio de la Izquierda, capaces de ayudar a conformar una Syriza, bien al estilo que representa la Coalició Compromís o bien como la AGE gallega; una Syriza en la cual el PCE no sea una fuerza hegemónica (por esta razón triunfa AGE, por el hecho de no hegemonizarla el PCE), surgirá un Movimiento 5 Estrellas como el que teoriza Jaime Miquel.
A mi me gustaría que el denominado Tercer Espacio Progresista (el que no es PSOE ni PCE) tuviera en este país nuestro algún papel, como la Syriza griega. Todo depende del lado de la balanza en el que pongamos nuestra fuerza y actividad, siempre y cuando sepamos salir de la actual situación de indefinición e impasse en la que estamos sumidos.
No podemos estar permanentemente con el discurso de Frente Amplio en la boca y no ser capaces de diseñar su articulación ni quién debe hegemonizarlo para que sea posible. Esta situación sería similar, por su ineficacia, a la de la Refundación de IU y al Bloque Social de Progreso del que hablaba Julio Anguita en 1988 en el documento titulado "manifiesto para la articulación de IU". O sea, el PCE e IU llevan 25 años hablando de lo mismo y no se ha avanzado nada de nada. La consecuencia es clara, todo aquello que hegemoniza el PCE está abocado al fracaso más absoluto.
Cada día es más evidente que la impotencia del Tercer Espacio Progresista para sumar unitariamente, al margen de las viejas nomenclaturas de la agotada transición política (PPSOE y PCE), va a terminar desembocando en este país en algo similar a un Movimiento 5 Estrellas alentado por la gente del 15M, de la CUP y de Izquierda Anticapitalista.
Es una pena que no hayamos podido conformar aún un espacio político y electoral, a nivel estatal, similar a la Coalició Compromís (o, al menos, como la AGE gallega), un espacio aprovechando las organizaciones existentes como así surgió Compromís; un espacio que fuera capaz de reinventarse a sí mismo como lo ha hecho la Coalició Compromís. Un espacio, obviamente, no hegemonizado por las viejas nomenclaturas de la agotada transición política (PPSOE y PCE).
En estos momentos no nos podemos permitir defraudar de nuevo a la ciudadanía, el descrédito de la actividad política ya no permite fallos ni experimentos.
No podemos cometer errores en la enunciación y desarrollo de nuestras propuestas, sobre todo en relación al Frente Amplio y lo fundamental del mismo, qué cultura política será la hegemónica en él; por ello hemos de ser altamente rigurosos y analizar los hábitos de conducta de las organizaciones que se vaya a invitar a este Frente Amplio, no podemos seguir evaluando por fraseología; sino por comportamiento político, por la praxis de esa organización a la que se decida invitar al mismo.
Un Frente Amplio no puede ser una IU Segunda Parte en la que la mayor parte del tiempo se pierda en batallas intestinas con los de la hoz y el martillo.
Un Frente Amplio que desee cambiar las relaciones sociales y de producción tampoco puede ser una Syriza para recoger a socioliberales de un PSOE naufragado y en caída libre, pues ya no se trata de hacer un cambio cosmético de gobierno; lo que ahora se demanda por parte de la ciudadanía es un cambio de sistema.
Si nos ponemos a hacer lo que hasta ahora ha hecho la IU hegemonizada por el PCE se seguirá dando posibilidades a que el PSOE se recupere, el PSOE u otra organización que ocupe su espacio. Pues el espacio socioliberal es un espacio que cuenta con poderosos amigos que van a apostar siempre por él. Por ello, en relación al mismo, lo mejor es no invitarlo a ningún Frente Amplio, sino dejarle con su propia existencia como así se ha hecho en Grecia con el PASOK. En esta apuesta en la que estamos cuanto menos contradicciones internas mejor.
Con organizaciones con el perfil del PCE también hay que decidir qué hacer. O se controla su comportamiento y se las mantiene en minoría como en la AGE gallega o el proyecto de Frente Amplio no gozará de buena salud por mucho tiempo. Desde mi punto de vista lo más correcto es dejar a esas culturas fuera del Frente Amplio como así se ha hecho en Grecia con el KKE o en el País Valencià por parte de la Coalición Compromís o en las Illes Balears por parte de PSM-IV-Entesa.
No obstante lo nuestro sería crear, de forma urgente e inmediata, un espacio de coordinación, encuentro y diálogo con organizaciones de similar perfil político, esto es, las del Tercer Espacio de la Izquierda; y en concreto Espacio Plural, Compromís-Equo, ANOVA y PSM-IV-Entesa. Un espacio de coordinación para pensar conjuntamente cómo sería viable esta iniciativa del Frente Amplio que no esté hegemonizada ni por socioliberales al servicio de los mercados financieros, ni por el fundamentalismo dogmático y oscurantista de visión identitaria del PCE de la gresca permanente.
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