Se hace necesario, cada día más, que los representados estemos organizados; se hace necesario que esa parte de la ciudadanía que son/somos representados por otras personas se organice y tenga visibilidad; se hace necesario que a aquellas personas que hemos decidido no ocupar puestos directivos o representativos en ninguna organización o institución también se nos escuche de una forma permanente.
Nosotros, los de abajo, las personas que estamos en la base de las organizaciones sociales, sindicales, políticas, ..., también tenemos derecho a participar de una forma activa y permanente, para ello es necesario que nos organicemos y hagamos sentir nuestra voz para ser tenidos en cuenta; no de una forma puntual, sino permanentemente en todas aquellas decisiones que se tomen por parte de nuestros representantes.
Hasta ahora nos encontramos desatendidos. A muchos representantes políticos, institucionales, ..., que se dicen nuestros se les llena la boca con las palabras participación y democracia pero los hechos apuntan en un sentido diferente a esto que proclaman. Es por ello que las personas de abajo, los activistas que hemos decidido quitarnos nosotros para que otros ocupen los puestos de responsabilidad en las organizaciones políticas, sociales, sindicales, culturales, ..., así como en las instituciones y al objeto de que sean nuestra voz; lo sean verdaderamente y nos representen fielmente y sin desvinculaciones de esa ciudadanía que le da sustento.
Como establece la Constitución en su artículo 9.2, es de obligado cumplimiento "promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social". Por tanto la interdicción de la arbitrariedad de nuestros representantes hay que perseguirla implacablemente como así establece, en su artículo 9.3, el texto constitucional.
Por estas razones, y algunas más que iremos exponiendo a lo largo de la trayectoria de este proyecto, nace Iniciativa DeBase; y nace Iniciativa DeBase con la voluntad de ser un espacio de reflexión política y social transversal en el que nos queremos organizar los de abajo que hemos, voluntariamente, decidido dejar a otros la labor de representarnos pero, no por ello, permitir que se nos quede en el más absoluto ostracismo a los representados por parte de nuestros representantes.
Muchos de nosotros somos activistas que deseamos ser tenidos en cuenta. Elaboramos y llevamos a cabo acciones tanto en el ámbito presencial como en el virtual, creamos conciencia política y social y, por ello mismo, consideramos que este trabajo y estas propuestas que emanan de la ciudadanía deben de ser tenidas en cuenta.
Las organizaciones políticas, sindicales o sociales; así como las instituciones, han de ser consideradas herramientas al servicio de la ciudadanía y no fines en sí mismos. Esas organizaciones sociales, sindicales y políticas, así como las instituciones, no deben, por tanto, ser excluyentes o ser consideradas como patrimonio personal de quién a la ciudadanía dice representar; sino que deben de servir verdaderamente a la ciudadanía misma.
En la actualidad somos muchos los que nos consideramos infravalorados y postergados por aquellas personas que elegimos para que nos representen. A los de abajo, a la ciudadanía, a los activistas no se nos tiene en cuenta; somos ignorados y esto no puede seguir así si no queremos que la desafección política e institucional siga creciendo exponencialmente como hasta ahora.
Las nuevas formas de hacer política han de serlo no solo en la adopción de un lenguaje nuevo, sino en una praxis diferente. La praxis de la participación real y efectiva de la ciudadanía en todas aquellas decisiones, cuestiones y asuntos que le atañen.
Así que si estás de acuerdo con estas líneas de actuación y de empoderamiento real de la ciudadanía no lo dudes, súmate a la Iniciativa DeBase, transfórmate en activista de la misma y difunde. Se hace necesario contar con activistas de esta Iniciativa DeBase para empoderar, verdaderamente, a los de abajo.
Nosotros, los de abajo, las personas que estamos en la base de las organizaciones sociales, sindicales, políticas, ..., también tenemos derecho a participar de una forma activa y permanente, para ello es necesario que nos organicemos y hagamos sentir nuestra voz para ser tenidos en cuenta; no de una forma puntual, sino permanentemente en todas aquellas decisiones que se tomen por parte de nuestros representantes.
Hasta ahora nos encontramos desatendidos. A muchos representantes políticos, institucionales, ..., que se dicen nuestros se les llena la boca con las palabras participación y democracia pero los hechos apuntan en un sentido diferente a esto que proclaman. Es por ello que las personas de abajo, los activistas que hemos decidido quitarnos nosotros para que otros ocupen los puestos de responsabilidad en las organizaciones políticas, sociales, sindicales, culturales, ..., así como en las instituciones y al objeto de que sean nuestra voz; lo sean verdaderamente y nos representen fielmente y sin desvinculaciones de esa ciudadanía que le da sustento.
Como establece la Constitución en su artículo 9.2, es de obligado cumplimiento "promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social". Por tanto la interdicción de la arbitrariedad de nuestros representantes hay que perseguirla implacablemente como así establece, en su artículo 9.3, el texto constitucional.
Por estas razones, y algunas más que iremos exponiendo a lo largo de la trayectoria de este proyecto, nace Iniciativa DeBase; y nace Iniciativa DeBase con la voluntad de ser un espacio de reflexión política y social transversal en el que nos queremos organizar los de abajo que hemos, voluntariamente, decidido dejar a otros la labor de representarnos pero, no por ello, permitir que se nos quede en el más absoluto ostracismo a los representados por parte de nuestros representantes.
Muchos de nosotros somos activistas que deseamos ser tenidos en cuenta. Elaboramos y llevamos a cabo acciones tanto en el ámbito presencial como en el virtual, creamos conciencia política y social y, por ello mismo, consideramos que este trabajo y estas propuestas que emanan de la ciudadanía deben de ser tenidas en cuenta.
Las organizaciones políticas, sindicales o sociales; así como las instituciones, han de ser consideradas herramientas al servicio de la ciudadanía y no fines en sí mismos. Esas organizaciones sociales, sindicales y políticas, así como las instituciones, no deben, por tanto, ser excluyentes o ser consideradas como patrimonio personal de quién a la ciudadanía dice representar; sino que deben de servir verdaderamente a la ciudadanía misma.
En la actualidad somos muchos los que nos consideramos infravalorados y postergados por aquellas personas que elegimos para que nos representen. A los de abajo, a la ciudadanía, a los activistas no se nos tiene en cuenta; somos ignorados y esto no puede seguir así si no queremos que la desafección política e institucional siga creciendo exponencialmente como hasta ahora.
Las nuevas formas de hacer política han de serlo no solo en la adopción de un lenguaje nuevo, sino en una praxis diferente. La praxis de la participación real y efectiva de la ciudadanía en todas aquellas decisiones, cuestiones y asuntos que le atañen.
Así que si estás de acuerdo con estas líneas de actuación y de empoderamiento real de la ciudadanía no lo dudes, súmate a la Iniciativa DeBase, transfórmate en activista de la misma y difunde. Se hace necesario contar con activistas de esta Iniciativa DeBase para empoderar, verdaderamente, a los de abajo.
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