Por Javier Caso Iglesias | Analista Político
Soy de las personas a las que les gusta reflexionar profundamente las cosas. Soy de esas personas a las que les gusta preguntarse el por qué y el para qué de las cosas.
En relación al proceso de elecciones municipales del 24-M también me pregunto si se dan las condiciones objetivas para conformar una verdadera candidatura municipalista de unidad ciudadana y popular que sea capaz de recuperar la política para la gente y construir herramientas para poner de nuevo a las instituciones al servicio del bien común.
Constantemente me pregunto si, en Plasencia, se dan las condiciones objetivas para construir poder para la mayoría que está sufriendo el empobrecimiento y el secuestro de la democracia.
Desde los espacios ciudadanos y políticos que laboran por el empoderamiento popular nos informan que en diferentes municipios se están fraguando iniciativas municipalistas pero nos aconsejan, antes de implicarnos en las mismas, que analicemos bien cual es su metodología, su paradigma argumental, así como su programa.
En este sentido es de agradecer la ayuda que una organización como PODEMOS nos presta en esta tarea de análisis para saber en qué iniciativas municipalistas nos podemos implicar como ciudadanos y cuales son las condiciones que se han de respetar para que las mismas no sean un fracaso o una estafa a la ciudadanía. Dos documentos elaborados por PODEMOS nos ayudan a ello, uno se titula "Guía para construir candidaturas de unidad ciudadana y popular" y el otro se denomina "Sobre la participación en las candidaturas municipales de unidad popular".
En estos documentos de PODEMOS nos indican que en ocasiones no será fácil distinguir las iniciativas municipales de unidad popular de otras fórmulas que, con apariencia de nueva política, reproduzcan viejas prácticas.
En ese sentido se sugiere que la participación se limite, en todo caso, a coadyuvar a la construcción de candidaturas de unidad popular a partir algunos criterios:
- En las candidaturas de unidad popular todas las posiciones en las listas electorales deben estar abiertas a ser decididas por la ciudadanía. Lo contrario nos devuelve a la lógica vieja de pactos entre partidos, que a menudo promueve a candidatos menos capaces de suscitar la confianza popular. Esto no es transparencia ni es voluntad de ganar.
- Las candidaturas de unidad popular son para transformar la situación, no para hacerle matices. Los contextos locales son variados y complejos y no siempre operan las mismas lógicas que a nivel estatal o autonómico pero es fundamental entender que los eventuales pactos contra natura en política municipal no pueden comprometer la estrategia general de cambio en el país.
- Las candidaturas de unidad ciudadana y popular deben de generar una identidad nueva, abierta a todos. No son "pasado en ropa nueva", sino pasos adelante de una voluntad popular en formación que quiere recuperar las instituciones de las manos de la mafia y ponerlas al servicio de la mayoría social. No pueden ser por tanto sumas de siglas.
- Las candidaturas de unidad ciudadana y popular no buscan ubicarse en la izquierda del tablero sino ocupar la centralidad. Tampoco son candidaturas de activistas y movimientos haciendo política-estética para sí mismos. Son candidaturas de mayorías que quieren vencer para hacer del hartazgo ilusión y del descontento poder de la gente.
- Las candidaturas de unidad popular han de evitar denominaciones comunes en amplios territorios que podrían terminar entrañando riesgos evidentes. El más obvio es pagar políticamente el precio de los errores cometidos por otra iniciativa municipal de igual nombre, pero con la que no existen relaciones de coordinación o control político. Tal vez menos obvio, pero igualmente perjudicial, la eventual colaboración en la construcción de estructuras organizativas supramunicipales que tiendan a solidificarse y, en el medio plazo, fragmenten fuerzas en lugar de sumarlas.
- Para que estas candidaturas cuenten con nuestro apoyo humano y activista tendrán que ser fiel reflejo de lo que la ciudadanía de hoy exige a quienes aspiran a representarla.
- Las candidaturas de unidad popular no pueden ser sumas de siglas y por tanto su expresión formal deberá ser la de la Agrupación de Electores y no la Coalición electoral.
- Las candidaturas de unidad popular no son estructuras rígidas pre-constituidas y cerradas, sino una nueva fórmula abierta y participativa.
- Si compañeros o compañeras de otras organizaciones políticas piden sumarse a estas candidaturas de unidad popular tendrán que hacerlo como ciudadanos, sin renunciar a su acervo pero sin imponerse en base a unas siglas.
- De no poderse conformar una candidatura de unidad ciudadana y popular con garantías para concurrir al proceso de elecciones municipales del 24-M, lo más conveniente será volcar toda nuestra capacidad e ilusión en hacer campaña activa en favor de la candidatura autonómica de PODEMOS; pues PODEMOS es garantía ciudadana y popular de recuperación de la política para la gente al objeto de poner de nuevo a las instituciones al servicio del bien común.
Soy de las personas a las que les gusta reflexionar profundamente las cosas. Soy de esas personas a las que les gusta preguntarse el por qué y el para qué de las cosas.
En relación al proceso de elecciones municipales del 24-M también me pregunto si se dan las condiciones objetivas para conformar una verdadera candidatura municipalista de unidad ciudadana y popular que sea capaz de recuperar la política para la gente y construir herramientas para poner de nuevo a las instituciones al servicio del bien común.
Constantemente me pregunto si, en Plasencia, se dan las condiciones objetivas para construir poder para la mayoría que está sufriendo el empobrecimiento y el secuestro de la democracia.
Desde los espacios ciudadanos y políticos que laboran por el empoderamiento popular nos informan que en diferentes municipios se están fraguando iniciativas municipalistas pero nos aconsejan, antes de implicarnos en las mismas, que analicemos bien cual es su metodología, su paradigma argumental, así como su programa.
En este sentido es de agradecer la ayuda que una organización como PODEMOS nos presta en esta tarea de análisis para saber en qué iniciativas municipalistas nos podemos implicar como ciudadanos y cuales son las condiciones que se han de respetar para que las mismas no sean un fracaso o una estafa a la ciudadanía. Dos documentos elaborados por PODEMOS nos ayudan a ello, uno se titula "Guía para construir candidaturas de unidad ciudadana y popular" y el otro se denomina "Sobre la participación en las candidaturas municipales de unidad popular".
En estos documentos de PODEMOS nos indican que en ocasiones no será fácil distinguir las iniciativas municipales de unidad popular de otras fórmulas que, con apariencia de nueva política, reproduzcan viejas prácticas.
En ese sentido se sugiere que la participación se limite, en todo caso, a coadyuvar a la construcción de candidaturas de unidad popular a partir algunos criterios:
- En las candidaturas de unidad popular todas las posiciones en las listas electorales deben estar abiertas a ser decididas por la ciudadanía. Lo contrario nos devuelve a la lógica vieja de pactos entre partidos, que a menudo promueve a candidatos menos capaces de suscitar la confianza popular. Esto no es transparencia ni es voluntad de ganar.
- Las candidaturas de unidad popular son para transformar la situación, no para hacerle matices. Los contextos locales son variados y complejos y no siempre operan las mismas lógicas que a nivel estatal o autonómico pero es fundamental entender que los eventuales pactos contra natura en política municipal no pueden comprometer la estrategia general de cambio en el país.
- Las candidaturas de unidad ciudadana y popular deben de generar una identidad nueva, abierta a todos. No son "pasado en ropa nueva", sino pasos adelante de una voluntad popular en formación que quiere recuperar las instituciones de las manos de la mafia y ponerlas al servicio de la mayoría social. No pueden ser por tanto sumas de siglas.
- Las candidaturas de unidad ciudadana y popular no buscan ubicarse en la izquierda del tablero sino ocupar la centralidad. Tampoco son candidaturas de activistas y movimientos haciendo política-estética para sí mismos. Son candidaturas de mayorías que quieren vencer para hacer del hartazgo ilusión y del descontento poder de la gente.
- Las candidaturas de unidad popular han de evitar denominaciones comunes en amplios territorios que podrían terminar entrañando riesgos evidentes. El más obvio es pagar políticamente el precio de los errores cometidos por otra iniciativa municipal de igual nombre, pero con la que no existen relaciones de coordinación o control político. Tal vez menos obvio, pero igualmente perjudicial, la eventual colaboración en la construcción de estructuras organizativas supramunicipales que tiendan a solidificarse y, en el medio plazo, fragmenten fuerzas en lugar de sumarlas.
- Para que estas candidaturas cuenten con nuestro apoyo humano y activista tendrán que ser fiel reflejo de lo que la ciudadanía de hoy exige a quienes aspiran a representarla.
- Las candidaturas de unidad popular no pueden ser sumas de siglas y por tanto su expresión formal deberá ser la de la Agrupación de Electores y no la Coalición electoral.
- Las candidaturas de unidad popular no son estructuras rígidas pre-constituidas y cerradas, sino una nueva fórmula abierta y participativa.
- Si compañeros o compañeras de otras organizaciones políticas piden sumarse a estas candidaturas de unidad popular tendrán que hacerlo como ciudadanos, sin renunciar a su acervo pero sin imponerse en base a unas siglas.
- De no poderse conformar una candidatura de unidad ciudadana y popular con garantías para concurrir al proceso de elecciones municipales del 24-M, lo más conveniente será volcar toda nuestra capacidad e ilusión en hacer campaña activa en favor de la candidatura autonómica de PODEMOS; pues PODEMOS es garantía ciudadana y popular de recuperación de la política para la gente al objeto de poner de nuevo a las instituciones al servicio del bien común.
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