Algunos compañeros de Construyendo La Izquierda (CLI) consideran que no podemos obviar a las izquierdas más convencionales en la construcción de una alternativa política.
Por mi parte opino lo mismo, pienso que la vieja izquierda tradicional y conservadora (PSOE e IU-PCE) tiene que jugar un papel destacado en la construcción de la nueva alternativa política y electoral que se ha de conformar. Algunos no estarán muy de acuerdo con lo que voy a decir, pero es lo que sinceramente pienso.
Mi opinión es que la vieja izquierda tradicional y conservadora (PSOE e IU-PCE) sirve para centrar a las nuevas izquierdas alternativas, así como a los espacios ciudadanos de ruptura, sirve para marcarles las dos orillas que no deben de cruzar si desean ir por el lecho del río por el que fluye la corriente. Syriza ha encontrado un espacio político y electoral muy amplio por el sencillo hecho de alejarse de los extremos. Como solía decir Siddharta Gautama "la virtud se haya en medio de dos defectos". En Grecia un defecto es el PASOK neoliberal y el otro defecto el neostalinista Partido Comunista de Grecia (KKE).
En nuestro país ha sido Compromís la única fuerza política que ha entendido este paradigma y lo ha puesto en práctica con magníficos resultados. En el momento presente otras fuerzas políticas de la izquierda alternativa y de los espacios ciudadanos de ruptura siguen el ejemplo de Compromís y apuestan, cada día de una forma más decidida, por esa virtud política que se haya en medio de dos defectos políticos: PSOE e IU-PCE.
Seguro que de cara a las elecciones europeas de 2014 contemos con un espacio electoral al que votar que se ubique entre los dos defectos políticos que conforman la vieja izquierda tradicional y conservadora de este país, esto es, el neoliberal PSOE y la neostalinista IU-PCE.
Aunque no lo parezca, el mantener vivos estos defectos políticos (PSOE e IU-PCE) para que sirvan de márgen a las nuevas izquierdas alternativas es muy importante. La memoria suele ser muy olvidadiza y descuidada. El ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Aquello que no tiene constantemente presente lo suele volver a omitir.
Pero para que sean útiles como balizas de señalización del peligro, han de ubicarse en el extremo de la zona no transitable. Por elemental lógica no podemos incluirlas dentro del área que está fuera de peligro, pues sería un error que traería aparejadas graves consecuencias.
Si alguien quiere salir a flote no se ataría un lastre a la cintura, pues tendría su mismo fin. A Jean-Luc Mélenchon en Francia y a Oskar Lafontaine en Alemania les está ocurriendo algo de esto. Han sabido con inteligencia distanciarse de los neoliberales partidos "socialistas" de sus respectivos países, pero han caído en las garras de los stalinistas partidos "comunistas". Mientras continúen por esa línea poco lejos llegarán. Nunca serán capaces de conformar una alternativa solvente como lo es Syriza en Grecia.
Como decía a mis compañeros de CLI, las respuestas están todas dadas. Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. Es cuestión de metodología, de paradigma, de modelo de relación.
El modelo de la vieja izquierda tradicional y conservadora, que es el mismo de aquellos para los que esta sigue siendo un referente, es piramidal. En él unos definen los objetivos y otros laboran por su consecución. El tipo de partido necesario para esto es jerárquico, centralista y altamente estatutario como el PSOE o IU-PCE.
El modelo de la izquierda alternativa es horizontal, los que definen los objetivos y quienes laboran por su consecución son los mismos. La comunicación constantemente fluye en un proceso de cooperación y ayuda mutua.
El ubicarse en uno o en otro modelo no depende de los demás, es decisión de uno mismo.
Si uno diseña lo que se debe de hacer y luego espera a que otros lo hagan está en el primer modelo, el de la vieja izquierda tradicional y conservadora.
Si uno piensa con su propia cabeza lo que se debe de hacer, mira a su alrededor quién está haciendo eso mismo que él piensa y se pone manos a la obra a hacer realidad ese pensamiento junto a todos lo que esas mismas ideas desarrollan en la práctica, pues está en el segundo modelo, el de la izquierda alternativa.
En la izquierda alternativa la comunicación es fluida, además de horizontal consecuencia del propio modelo; es una comunicación que surge con naturalidad sin forzarla, e incluso sin pedirla. Pues todos reman en el mismo sentido, decidido esto de forma personal y consciente.
En la vieja izquierda tradicional y conservadora la comunicación es poco fluida, hay que forzarla a golpe de estatutos; es de arriba a abajo en relación al diseño de lo que dicen que se debe de hacer por parte de los que piensan y de abajo a arriba en relación a los resultados que van cosechando los que hacen.
En el momento actual, y consecuencia de ese desarrollo incesante de las fuerzas productivas que trastoca constantemente las relaciones sociales y de producción, se está produciendo un cambio sin precedentes. Vivimos en un modelo de transición.
Ahora si que hay muestras de la decadencia de la vieja izquierda tradicional y conservadora. Ahora si que hay muestras de que a nivel estatal surge con fuerza la necesidad de que la izquierda alternativa conforme su referente propio a nivel de todo el estado.
Las elecciones son también parte de la superestructura del sistema, en ellas se muestra el movimiento de las capas tectónicas, las correlaciones de clase así como la situación de los paradigmas dentro de las mismas clases.
Como digo, el momento actual es de transición. Se están dando cambios en el paradigma. Se está decidiendo el cambio de un paradigma por otro. Estamos cambiando de paradigma por necesidad. El que teníamos las clases populares, el paradigma PSOE-IU-PCE, no nos ha servido como escudo ni como lanza ante la ofensiva de la derecha. Este paradigma de la vieja izquierda tradicional y conservadora nos ha llevado a la derrota.
Necesitamos, en el momento presente, uno que nos sea eficaz, como clase, en esta lucha de clases en la que nos encontramos entre el capital y el trabajo. Necesitamos con urgencia una nueva armadura con la que poder acometer las batallas que quedan por librar y salir victoriosos.
La elección del paradigma, de la metodología, del modelo no es una cuestión de marca; lo que las clases populares probamos es su consistencia y eficacia para esa lucha que nos ha de llevar a la victoria. El paradigma de la vieja izquierda tradicional y conservadora no nos sirve (por mucha marca que tenga), ha sido derrotado y desguazado. No podemos confeccionar unos harapos con el resto de su naufragio, eso nos llevaría a nuevas derrotas. Necesitamos las herramientas nuevas de la emergente izquierda alternativa y su innovadora metodología de organización. Solo así venceremos.
Este momento histórico no es tampoco el de influir (el carrillismo murió con Carrillo), es el de fluir. Quién no tenga capacidad para fluir, para implicarse desde la horizontalidad, no resultará otra cosa más que un estorbo en el camino.
Todo este análisis de la realidad que os doy a conocer lo he aprendido siguiendo la magnífica máxima de Galileo Galilei, esa que dice lo siguiente: "Nunca me he encontrado con alguien tan ignorante de quien no pudiese aprender algo".
Por mi parte reconozco que una gran parte de todo lo que se me lo ha enseñado la vieja izquierda tradicional y conservadora. Como dije en un artículo de opinión que me publicó Crónica Popular, la vieja izquierda tradicional y conservadora me ha enseñado cómo NO se deben de hacer las cosas. Muy agradecido estoy por ello.
Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social
Por mi parte opino lo mismo, pienso que la vieja izquierda tradicional y conservadora (PSOE e IU-PCE) tiene que jugar un papel destacado en la construcción de la nueva alternativa política y electoral que se ha de conformar. Algunos no estarán muy de acuerdo con lo que voy a decir, pero es lo que sinceramente pienso.
Mi opinión es que la vieja izquierda tradicional y conservadora (PSOE e IU-PCE) sirve para centrar a las nuevas izquierdas alternativas, así como a los espacios ciudadanos de ruptura, sirve para marcarles las dos orillas que no deben de cruzar si desean ir por el lecho del río por el que fluye la corriente. Syriza ha encontrado un espacio político y electoral muy amplio por el sencillo hecho de alejarse de los extremos. Como solía decir Siddharta Gautama "la virtud se haya en medio de dos defectos". En Grecia un defecto es el PASOK neoliberal y el otro defecto el neostalinista Partido Comunista de Grecia (KKE).
En nuestro país ha sido Compromís la única fuerza política que ha entendido este paradigma y lo ha puesto en práctica con magníficos resultados. En el momento presente otras fuerzas políticas de la izquierda alternativa y de los espacios ciudadanos de ruptura siguen el ejemplo de Compromís y apuestan, cada día de una forma más decidida, por esa virtud política que se haya en medio de dos defectos políticos: PSOE e IU-PCE.
Seguro que de cara a las elecciones europeas de 2014 contemos con un espacio electoral al que votar que se ubique entre los dos defectos políticos que conforman la vieja izquierda tradicional y conservadora de este país, esto es, el neoliberal PSOE y la neostalinista IU-PCE.
Aunque no lo parezca, el mantener vivos estos defectos políticos (PSOE e IU-PCE) para que sirvan de márgen a las nuevas izquierdas alternativas es muy importante. La memoria suele ser muy olvidadiza y descuidada. El ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Aquello que no tiene constantemente presente lo suele volver a omitir.
Pero para que sean útiles como balizas de señalización del peligro, han de ubicarse en el extremo de la zona no transitable. Por elemental lógica no podemos incluirlas dentro del área que está fuera de peligro, pues sería un error que traería aparejadas graves consecuencias.
Si alguien quiere salir a flote no se ataría un lastre a la cintura, pues tendría su mismo fin. A Jean-Luc Mélenchon en Francia y a Oskar Lafontaine en Alemania les está ocurriendo algo de esto. Han sabido con inteligencia distanciarse de los neoliberales partidos "socialistas" de sus respectivos países, pero han caído en las garras de los stalinistas partidos "comunistas". Mientras continúen por esa línea poco lejos llegarán. Nunca serán capaces de conformar una alternativa solvente como lo es Syriza en Grecia.
Como decía a mis compañeros de CLI, las respuestas están todas dadas. Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. Es cuestión de metodología, de paradigma, de modelo de relación.
El modelo de la vieja izquierda tradicional y conservadora, que es el mismo de aquellos para los que esta sigue siendo un referente, es piramidal. En él unos definen los objetivos y otros laboran por su consecución. El tipo de partido necesario para esto es jerárquico, centralista y altamente estatutario como el PSOE o IU-PCE.
El modelo de la izquierda alternativa es horizontal, los que definen los objetivos y quienes laboran por su consecución son los mismos. La comunicación constantemente fluye en un proceso de cooperación y ayuda mutua.
El ubicarse en uno o en otro modelo no depende de los demás, es decisión de uno mismo.
Si uno diseña lo que se debe de hacer y luego espera a que otros lo hagan está en el primer modelo, el de la vieja izquierda tradicional y conservadora.
Si uno piensa con su propia cabeza lo que se debe de hacer, mira a su alrededor quién está haciendo eso mismo que él piensa y se pone manos a la obra a hacer realidad ese pensamiento junto a todos lo que esas mismas ideas desarrollan en la práctica, pues está en el segundo modelo, el de la izquierda alternativa.
En la izquierda alternativa la comunicación es fluida, además de horizontal consecuencia del propio modelo; es una comunicación que surge con naturalidad sin forzarla, e incluso sin pedirla. Pues todos reman en el mismo sentido, decidido esto de forma personal y consciente.
En la vieja izquierda tradicional y conservadora la comunicación es poco fluida, hay que forzarla a golpe de estatutos; es de arriba a abajo en relación al diseño de lo que dicen que se debe de hacer por parte de los que piensan y de abajo a arriba en relación a los resultados que van cosechando los que hacen.
En el momento actual, y consecuencia de ese desarrollo incesante de las fuerzas productivas que trastoca constantemente las relaciones sociales y de producción, se está produciendo un cambio sin precedentes. Vivimos en un modelo de transición.
Ahora si que hay muestras de la decadencia de la vieja izquierda tradicional y conservadora. Ahora si que hay muestras de que a nivel estatal surge con fuerza la necesidad de que la izquierda alternativa conforme su referente propio a nivel de todo el estado.
Las elecciones son también parte de la superestructura del sistema, en ellas se muestra el movimiento de las capas tectónicas, las correlaciones de clase así como la situación de los paradigmas dentro de las mismas clases.
Como digo, el momento actual es de transición. Se están dando cambios en el paradigma. Se está decidiendo el cambio de un paradigma por otro. Estamos cambiando de paradigma por necesidad. El que teníamos las clases populares, el paradigma PSOE-IU-PCE, no nos ha servido como escudo ni como lanza ante la ofensiva de la derecha. Este paradigma de la vieja izquierda tradicional y conservadora nos ha llevado a la derrota.
Necesitamos, en el momento presente, uno que nos sea eficaz, como clase, en esta lucha de clases en la que nos encontramos entre el capital y el trabajo. Necesitamos con urgencia una nueva armadura con la que poder acometer las batallas que quedan por librar y salir victoriosos.
La elección del paradigma, de la metodología, del modelo no es una cuestión de marca; lo que las clases populares probamos es su consistencia y eficacia para esa lucha que nos ha de llevar a la victoria. El paradigma de la vieja izquierda tradicional y conservadora no nos sirve (por mucha marca que tenga), ha sido derrotado y desguazado. No podemos confeccionar unos harapos con el resto de su naufragio, eso nos llevaría a nuevas derrotas. Necesitamos las herramientas nuevas de la emergente izquierda alternativa y su innovadora metodología de organización. Solo así venceremos.
Este momento histórico no es tampoco el de influir (el carrillismo murió con Carrillo), es el de fluir. Quién no tenga capacidad para fluir, para implicarse desde la horizontalidad, no resultará otra cosa más que un estorbo en el camino.
Todo este análisis de la realidad que os doy a conocer lo he aprendido siguiendo la magnífica máxima de Galileo Galilei, esa que dice lo siguiente: "Nunca me he encontrado con alguien tan ignorante de quien no pudiese aprender algo".
Por mi parte reconozco que una gran parte de todo lo que se me lo ha enseñado la vieja izquierda tradicional y conservadora. Como dije en un artículo de opinión que me publicó Crónica Popular, la vieja izquierda tradicional y conservadora me ha enseñado cómo NO se deben de hacer las cosas. Muy agradecido estoy por ello.
Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social
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