Fuente: mespermallorca
Dentro de menos de un año habrá elecciones al parlamento europeo, en un momento en que Europa es un proyecto político muy devaluado en la opinión pública. Décadas de funcionamiento demasiado burocrático y, sobre todo, liderado por una tecnocracia supuestamente objetiva y aséptica, pero que ha servido principalmente para consolidar un modelo económico neoliberal, han alejado las instituciones de la ciudadanía. La Unión Europea es percibida como una gran maquinaria fuera del control democrático real de los ciudadanos europeos.
Por otra parte, a menudo los países miembros han defendido más los intereses propios, en clave exclusivamente estatal, que un verdadero proyecto europeísta, que tomara en consideración el bien común y las oportunidades sociales, políticas, económicas y de formación que significaría un espacio europeo cohesionado.
Esto se ha agravado especialmente con la crisis económica, que comenzó siendo exclusivamente financiera, por culpa de las malas prácticas de los bancos, pero que inmediatamente contaminó la economía real, la productiva, tanto por la falta de crédito disponible como por la fragilidad de este tejido productivo, anquilosado después de décadas de concentración casi exclusiva en la construcción y el turismo. La crisis ha afectado a la salud económica de los estados, que se han endeudado y han recortado con dureza derechos esenciales como la salud y la educación para salvar las entidades financieras que habían causado la crisis. Las 'recetas' de la troika (en el que participan la Comisión Europea y el Banco Central Europeo) no han hecho sino empeorar la situación de la gente y beneficiar a los especuladores.
En vista de este panorama, las elecciones europeas serán un momento esencial para reorientar las prioridades de la política en Europa. En primer lugar, es necesario que sean la ocasión de centrar las políticas en las necesidades reales de las personas, de sus derechos y de sus condiciones de vida. Hay que impulsar una renovación económica generadora de puestos de trabajo, que exige una diversificación del tejido productivo, con cuatro ramas: la innovación, la economía verde, la producción y el consumo de alcance local, y la educación de calidad.
En segundo lugar, el medio, clave de nuestro presente y de nuestro futuro, así como del de nuestros hijos. El agotamiento de los recursos naturales, la destrucción del territorio y el cambio climático no son hechos inevitables, sino la consecuencia directa de la sobreexplotación de la naturaleza para satisfacer los intereses económicos de una minoría a la que el único verde que el interesa es el de los billetes. En las islas Baleares nos resentimos desde hace demasiados años.
También es fundamental poder configurar una verdadera Europa de los pueblos, que supere la división estatal actual, artificial y con frecuencia ineficaz, y que se base en la radicalidad democrática. Es en este contexto que hay que impulsar el reconocimiento de las legítimas aspiraciones a la plena soberanía de los pueblos que componen el tejido de Europa, con la defensa del derecho fundamental a la autodeterminación reconocido en la Carta de las Naciones Unidas.
Para conseguir todo esto hay que colaborar entre todas aquellas y aquellos que comparten esta visión y estas prioridades. En Europa, el grupo Verdes-ALE trabaja por estos objetivos desde el año 1999, uniendo en un mismo grupo parlamentario los representantes del nacionalismo progresista, el ecologismo y la izquierda alternativa. Desde entonces, ha ido intensificando la presencia y la capacidad de influencia y ha devenido la cuarta fuerza en el parlamento europeo, con una voz propia y decidida en favor de la participación real de la ciudadanía en la toma de decisiones, el cambio de modelo socio-económico, la defensa del autogobierno y la sostenibilidad.
Es en el grupo Verdes-ALE que la coalición MÁS por Mallorca, un proyecto nuevo y abierto que recoge sensibilidades muy diversas, debería participar en el impulso del cambio necesario. Muchas organizaciones del estado forman parte de este grupo, y en un momento de urgencia democrática será un paso adelante muy importante que las diversas fuerzas que integran Verdes-ALE confluyan en una candidatura conjunta para las elecciones europeas. Una candidatura abierta a las formaciones políticas que se quieran incorporar desde el compromiso con estas propuestas, y que parta de la convicción de que hay que sumar para proponer alternativas de futuro al bipartidismo estatal que ha colaborado activamente en el diseño de las nefastas políticas neoliberales europeas actuales.
Biel Barceló, coportavoz de más por Mallorca y secretario general de la Federación PSM-Entesa.
David Abril, coportaveu de MÉS per Mallorca i coordinador d'Iniciativa Verds.
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