Expone certeramente Enric Morera, portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, en el artículo titulado "La cooperativa para la representación política", que "el número de ciudadanos que son insumisos a las políticas unificadas de la Unión Europea aumenta bajo la percepción de que los partidos que las aplican son corruptos, sean de izquierdas, o de derechas. Estos ciudadanos insumisos tienen en común que el sistema les ha defraudado, ha truncado sus aspiraciones y lo han abandonado".
Apunta Enric Morera que el fracaso español del siglo XXI es el fracaso de la reforma política. "El fracaso es rotundo en términos de regeneración democrática. Aquí se ha robado desde la Administración, los bancos o cajas a los ciudadanos, y nadie va a la cárcel. Es una conclusión objetiva. También lo es en términos de prestigio de las instituciones. Esta es la situación. Por eso, cualquier proyecto de reconstrucción de una parte del sistema en torno al PCE o el PSOE está a verlas venir, con primarias ciudadanas o sin ellas".
Y añade acertadamente Enric que los partidos vanguardia se quedaron en el siglo XX porque la vanguardia es ahora ciudadana. Esa es la innovación, una cooperativa de representación política. "Un instrumento necesario que marca la legislación para asaltar este sistema corrupto que regala dinero a los bancos y se lo quita a los estudiantes". "Por eso no estamos aquí para derrotar al PP, estamos para derribar un sistema que es injusto con las personas, a las que obliga a pagar una deuda que no han contraído".
Cosas muy similares a las que plantea Enric Morera las dice Martiño Noriega, alcalde de Teo y responsable de acción institucional de Anova, en la entrevista titulada "Uno de los errores de la izquierda es demandar para la sociedad lo que después internamente no cumples".
En ella propone Martiño Noriega iniciar un proceso de reconstrucción, un lugar en el que puedas encontrar los espacios comunes, la hermandad y sobre todo el esfuerzo de construir una nueva cultura política que de verdad sea representativa de una mayoría social que a día de hoy está huérfana de ese referente político. Pues tenemos, añade, una crisis de representación que es una cuestión de desconexión de la mayoría social agredida con sus representantes. Una crisis ante la cual, la izquierda, es incapaz de reaccionar. Esa izquierda real que en palabras de Martiño tiene una diagnosis excelente de lo que está ocurriendo y ahora lo que tiene que hacer es hacer una propuesta conjunta de mínimos que sea un tratamiento de solución.
Una solución que pasa, como bien indica Martiño Noriega, por la credibilidad: "La credibilidad se gana con el discurso y las propuestas que le haces a la sociedad, pero la credibilidad se gana también siendo coherente internamente con lo que demandas para fuera. Y uno de los errores de la izquierda es demandar para la sociedad lo que después internamente no cumples: demandas horizontalidad y tomas las decisiones verticalmente, demandas igualdad y estableces tomas de decisión piramidales. Eso no se sostiene. Cuando yo hablo de nueva cultura falo de cohesionar la praxis interna con el discurso que lanzas fuera. Anova tiene que hacer un esfuerzo para intentar ser coherente. Si no lo hace, tendrá un funcionamiento electoral limitado en el tiempo y acabará por perder la credibilidad y por llegar a los lugares donde llegaron otras fuerzas, que mantienen un discurso impecable, pero que para mucha gente no tienen credibilidad porque saben que no se acompaña de una praxis interna equivalente".
Un buen resumen de las palabras de Enric y de Martiño sería decir que no se trata solo de primarias, no se trata solo de lo que dice el programa electoral, pues si revisamos los programas electorales de las principales organizaciones progresistas de este país todas proponen prácticamente lo mismo, tanto en el ámbito estatal como en el autonómico o municipal. Son propuestas, todas ellas, muy similares.
De lo que se trata es de coherencia, de construir cooperativas políticas coherentes entre lo que dicen y lo que hacen en la praxis, tanto interna como externa.
Por eso resulta pretenciosa, como afirma Jaime Miquel en el artículo titulado "Esa foto se hará sin Beiras", esta vieja izquierda de Cayo Lara y el joven Garzón, engañados sobre su realidad electoral por los medios, "en esa idea de que sus reflexiones son definitivas sobre el destino colectivo, su particular guerra de guerrillas, que si es frente amplio o bloque social, lo que no es otra cosa que la pugna por que la cremallera de nomenclaturas lleve más dientes de mi lado que de cualquier otro".
Descartemos pues esas guerras de guerrillas que pugnan por la autorepresentación política e institucional intentando, como acertadamente dice Jaime Miquel, "que la cremallera de nomenclaturas lleve más dientes de mi lado que de cualquier otro"; y pongámonos a la praxis, al esfuerzo de ser coherentes internamente con lo que se demanda para fuera y no se cumple: horizontalidad, participación, transparencia, trabajo en red, amabilidad, empatía y cooperación.
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