Para acertar en un diagnóstico es preciso llevar a cabo lo que en ciencia se conoce como una evaluación objetiva estructurada. Vamos a proceder a analizar la pasada huelga general del 14N desde este enfoque praxeológico, al objeto de evitar interpretaciones y sublimaciones ideológicas adulteradoras de la realidad.
La huelga general del 14N ha triunfado allí dónde está arraigado fuertemente el sindicalismo reivindicativo y de clase, esto es, en los sectores industriales; así como en aquellas zonas geográficas en las que organizaciones e iniciativas como CEAPA, Sindicato de Estudiantes, Toma la Huelga, Stop Desahucios, así como otros colectivos similares surgidos del movimiento 15M, han llevado a cabo la acción de los piquetes informativos; y ha fracasado en una buena parte de la administración y del sector servicios que es dónde se asienta el sindicalismo burocrático de liberado y subvención.
En la ciudad de Plasencia esto ha sido evidente, el titular de la mayoría de los medios de comunicación ha sido muy acertado: una huelga tibia y una manifestación masiva. El piquete informativo del sindicalismo burocrático de liberado y subvención, que iba acompañado por representantes de esas partitocracias que son muy reivindicativas hasta el momento que ocupan el sillón institucional, estaba compuesto por unas escasas 50 personas; pues a la mayoría de los trabajadores les provoca verdadera repulsión colaborar en cualquier tipo de acción con aquellos a los que identifica como parte de sus problemas. Su incidencia informativa ha sido, obviamente, nula; pues la clase trabajadora, así como la pequeña y mediana empresa, conoce sobradamente a qué se dedican y cuales son sus prácticas de a diario, esto es, las de vivir del cargo de liberado.
Por otra parte la manifestación celebrada en la localidad ha sido multitudinaria, la mayor conocida en la historia de Plasencia; la policía local hablaba de 15.000 personas. En ella, el comportamiento de la ciudadanía, ha sido muy significativo; Cuando comenzó la misma había no más de 100 "activistas" del sindicalismo de liberado y subvención, en la Plaza de los Alamitos; en el momento en que estos iniciaron la marcha empezaron a surgir, como por arte de magia, cientos y cientos de personas de las calles adyacentes hasta alcanzar el número de 15.000 personas; personas que acompañaron a la manifestación hasta la Plaza Mayor de Plasencia para, posteriormente y antes de comenzar las peroratas de las burocracias sindicales de liberado y subvención, abandonar la Plaza Mayor de la ciudad como así pudimos comprobar los que allí estábamos y que han constatado los medios de comunicación en sus crónicas sobre el número de asistentes en las diferentes fases de la marcha.
La conclusión es sencilla, hay herramientas sindicales que ya no nos sirven a los ciudadanos; pues no nos representan. Tome nota, a quién competa, de este aviso a navegantes.
Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social
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