Me pregunta Enrique Justo, compañero y amigo de Convergencia por Extremadura (CEx), lo siguiente: ¿Y a ti qué se te ha perdido en esa clase de asuntos partitocráticos? Se refiere al artículo que he escrito titulado "Cayo, Reneses y Centella son las muletillas de un PPSOE de Extremadura que se estrella" y que encontraréis en el siguiente enlace: http://goo.gl/BN0Ya
En respuesta a Enrique Justo decir como el poeta latino Publio Terencio: "nada de lo humano me es ajeno". En todas partes se pueden adquirir aprendizajes, en todas partes se evidencia lo mismo; esto es, la puesta en práctica de modelos de relación.
En la actualidad han entrado en colisión dos formas de relacionarse, por un lado está la relación de poder y, enfrente, la relación de cooperación.
La actual crisis económica, política, social, ecológica, etc... se debe sencillamente a esto, a la forma de hacer las cosas. Durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI han llegado a su máxima expresión las nocivas consecuencias a las que puede conducir la lógica del poder: Acumulamos un arsenal nuclear suficiente para destruir la tierra varias veces; Producimos alimento para 12 mil millones de personas y, sin embargo, más de dos millones de personas mueren de hambre cada día en el planeta; España es la décima potencia mundial en fraude fiscal, un 22.5% de nuestra economía está sumergida, lo que origina una pérdida de ingresos a las arcas públicas que se estiman en 82 mil millones de euros esperando a Hacienda, suficiente para cubrir todo el ajuste de déficit que nos pide Bruselas sin tener que recortar en nada; etc...
A esta realidad se ha llegado por ese empecinamiento en asentarse en lógicas de poder, incluso por parte de aquellos que querían acabar con las consecuencias de esta lógica de poder. La izquierda tradicional ha sido la que de una forma más evidente ha sufrido las consecuencias de esta paradoja irresoluble de las lógicas de poder que la ha llevado a la más absoluta marginalidad para cambiar las realidades aversivas existentes.
El momento actual exige relacionarnos de otra manera, ser insumisos a las lógicas de poder indistintamente de quienes sean los titulares de las mismas. En el momento actual las relaciones han de ser horizontales y de igualdad. La izquierda tradicional debe de superar sus contradicciones y empezar a caminar por la senda de la cooperación.
Es lo que trato de decir en los artículos que escribo, así como en los foros online en los que participo, esto es, que las formas conforman; y nosotros hemos de encontrar formas de dialogar y de entendernos muy inclusivas.
Insisto de nuevo en esta idea que he expuesto en varias ocasiones: Hasta ahora la izquierda ha estado instalada en la lógica interna de la mitad más uno, con eso se conformaba. No se daba cuenta que esto es el principio del fin de una organización. La lógica de la mitad más uno lo pervierte todo, el sistema democrático en su conjunto (más bien habría que llamarlo, siendo rigurosos, políárquico) está también instalado en la mitad más uno, por eso un porcentaje importante del censo electoral no participa en las elecciones.
Como digo, en el ámbito interno de las organizaciones de la izquierda, lo mismo. Hemos de ser capaces de invertir esa forma de hacer las cosas y tratar de ser lo más inclusivos posible, pues aquellas propuestas que no incluyen terminan excluyendo; y como indicaba Ortega: "toda verdad ignorada prepara su venganza".
Por eso es positivo abrir los debates al mayor número de personas posible, fomentar la participación en los mismos; recabar todas las sugerencias y tratar de hacerlas encajar. En el momento presente se trata de conseguir la unidad de la diversidad, la lógica del siglo XX era conseguir la unidad a través de la uniformidad pero esto ya no nos sirve como paradigma, pues termina generando el efecto contrario y a los hechos me remito. Y para conseguir esa unidad de la diversidad hemos de propiciar la claridad y la transparencia también en el respeto de las diferentes culturas, familias y sensibilidades de la izquierda. No pasa nada por dar visibilidad a nuestra pluralidad de tradiciones, al contrario, es algo muy positivo. Lo que debemos de mejorar es la forma de relacionarnos con todas ellas.
De ahí la conveniencia de aplicar ese otro principio que se puede resumir como juntos pero no revueltos; dado que al revolver se pierden muchos detalles y, como ocurre en pintura, si mezclamos los pigmentos de todos los colores se forma el negro, que es la ausencia de color; esto es, que cuanto más color ponemos en la mezcla, menos color obtenemos. Por eso hemos de insistir siempre, allí dónde participemos, en el establecimiento de relaciones horizontales y de igualdad, relaciones en las que se respeten de una forma escrupulosa las diferencias y en las que la unidad de la diversidad sea posible; pues es necesaria.
Javier Caso Iglesias | Analista Político y Activista Social
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